SALUD PÚBLICA, QUE EN PAZ DESCANSE!
Dejen de utilizar a la salud pública como herramienta de poder de politiqueros de turno. Déjenla descansar en paz, que bastante ha sufrido. No sigan desangrándola con el solo fin de alardear vanidades perversas. Protejámosla de los mercenarios y revitalicémosla. Pero eso no se logra con discursos cargados de falsas ilusiones, demagogia, eufemismos, y todo lo que disfraza la realidad. Dejemos de mentir, por favor! Y suplico a quien tenga el poder de cambiar las cosas, QUE LO HAGA!!!
La salud pública no está nada bien, es más, me atrevo a afirmar que, como se la debe concebir, es decir como aquella superestructura a través de la cual el estado proporciona al individuo las condiciones para que este pueda alcanzar un equilibrio físico y mental, con él mismo, con su entorno próximo y con el medio ambiente, tal como lo definiera el gran Profesor de Pediatría francés Claude Ricour; me atrevo a afirmar que estamos lejos de esta concepción antigua pero vigente.
Cuando escuchamos a nuestras autoridades decir que la reducción de personal se debe a una política de reorganización de los recursos humanos, o que los cambios obedecen a una visión más técnica que política, o cuando dicen que se tiene en cuenta la capacidad, etc., etc., etc., y quienes estamos en el campo de batalla vemos que lo dicho dista mucho de la realidad, en ese instante me pregunto: realmente hay cambios positivos, o es que soy un ser incapaz de comprender y lo que estoy viendo (pacientes muriendo por falta de insumos, niños muertos de hambre, desnutridos, con signos de parasitosis, infrahumanos, etc.) es una ilusión óptica. En ese momento me formulo las siguientes preguntas:
Se habla de reorganizar los recursos humanos, entonces cómo pueden despedir al único licenciado en enfermería que cubre el turno noche en el área de internados pediátricos del Hospital Distrital de Ñemby?, sector del cual soy responsable.
Cómo es posible que despidan a una licenciada en enfermería, cuya capacidad es reconocida por todos, que cubre el servicio de urgencias del mismo hospital, un área sensible y que requiere de experiencia?.
Cómo es posible que se hable de reorganización de recursos humanos, se despida masivamente, y ahora se esté recurriendo a voluntarios sin experiencia para cubrir los puestos vacantes, o exigiendo a los que todavía tienen la suerte de continuar por seis meses más, cubrir otros servicios, fuera de sus horarios, y por supuesto sin ninguna remuneración extra?
Etc. Etc. Etc. ..
Vivimos en el contrasentido. Se puede ver a un niño internado en un hospital público siendo monitorizado con aparatos sofisticados que cuestan más de cinco mil dólares, y al lado a otro que no puede comprar sus medicamentos o muriéndose de hambre porque los padres no tienen medios. POR FAVOR DEJEMOS DE MENTIR.
Se atreven a acusarnos de haraganes, de que marcamos las tarjetas y abandonamos nuestros lugares de trabajo, de que no somos dignos de trabajar en la salud pública, de que no respetamos la institución, de que somos planilleros, etc., etc...
Lo que tendrían que hacer es pedirnos disculpas por las malas condiciones en las que nos obligan a trabajar, exponiendo vidas, porque peor es nada, para ese pobre paraguayo, que desearía consultar en un Migone o en un San Roque; y ni que hablar del miserable salario que percibimos.
Las AUTORIDADES, se preguntaron alguna vez: responsabilidad de quien es la situación catastrófica de la salud pública?. Pero dirán: hay una responsabilidad compartida, a lo que respondo NO, los únicos responsables son ustedes.
Soy pediatra del sector público y convivo todos los días con la miseria, con la mentira, pero no me siento cómplice, porque, así como la mayoría de los que trabajamos en la salud pública, lucho para mitigar el sufrimiento de la gente de escasos recursos, que es la que usufructúa los servicios públicos, y qué más quisieran ellos que tener a su alcance un servicio a la altura del sector privado.
Concluyo proponiendo tres pilares fundamentales para el cambio en la salud pública:
DESPARTIDIZACIÓN
HONESTIDAD
AMOR A LA PATRIA
Doctor Julio Rolón Vicioso
C.I. 1394379
Tel. 611290 o 660803 o 0971100177
La salud pública no está nada bien, es más, me atrevo a afirmar que, como se la debe concebir, es decir como aquella superestructura a través de la cual el estado proporciona al individuo las condiciones para que este pueda alcanzar un equilibrio físico y mental, con él mismo, con su entorno próximo y con el medio ambiente, tal como lo definiera el gran Profesor de Pediatría francés Claude Ricour; me atrevo a afirmar que estamos lejos de esta concepción antigua pero vigente.
Cuando escuchamos a nuestras autoridades decir que la reducción de personal se debe a una política de reorganización de los recursos humanos, o que los cambios obedecen a una visión más técnica que política, o cuando dicen que se tiene en cuenta la capacidad, etc., etc., etc., y quienes estamos en el campo de batalla vemos que lo dicho dista mucho de la realidad, en ese instante me pregunto: realmente hay cambios positivos, o es que soy un ser incapaz de comprender y lo que estoy viendo (pacientes muriendo por falta de insumos, niños muertos de hambre, desnutridos, con signos de parasitosis, infrahumanos, etc.) es una ilusión óptica. En ese momento me formulo las siguientes preguntas:
Se habla de reorganizar los recursos humanos, entonces cómo pueden despedir al único licenciado en enfermería que cubre el turno noche en el área de internados pediátricos del Hospital Distrital de Ñemby?, sector del cual soy responsable.
Cómo es posible que despidan a una licenciada en enfermería, cuya capacidad es reconocida por todos, que cubre el servicio de urgencias del mismo hospital, un área sensible y que requiere de experiencia?.
Cómo es posible que se hable de reorganización de recursos humanos, se despida masivamente, y ahora se esté recurriendo a voluntarios sin experiencia para cubrir los puestos vacantes, o exigiendo a los que todavía tienen la suerte de continuar por seis meses más, cubrir otros servicios, fuera de sus horarios, y por supuesto sin ninguna remuneración extra?
Etc. Etc. Etc. ..
Vivimos en el contrasentido. Se puede ver a un niño internado en un hospital público siendo monitorizado con aparatos sofisticados que cuestan más de cinco mil dólares, y al lado a otro que no puede comprar sus medicamentos o muriéndose de hambre porque los padres no tienen medios. POR FAVOR DEJEMOS DE MENTIR.
Se atreven a acusarnos de haraganes, de que marcamos las tarjetas y abandonamos nuestros lugares de trabajo, de que no somos dignos de trabajar en la salud pública, de que no respetamos la institución, de que somos planilleros, etc., etc...
Lo que tendrían que hacer es pedirnos disculpas por las malas condiciones en las que nos obligan a trabajar, exponiendo vidas, porque peor es nada, para ese pobre paraguayo, que desearía consultar en un Migone o en un San Roque; y ni que hablar del miserable salario que percibimos.
Las AUTORIDADES, se preguntaron alguna vez: responsabilidad de quien es la situación catastrófica de la salud pública?. Pero dirán: hay una responsabilidad compartida, a lo que respondo NO, los únicos responsables son ustedes.
Soy pediatra del sector público y convivo todos los días con la miseria, con la mentira, pero no me siento cómplice, porque, así como la mayoría de los que trabajamos en la salud pública, lucho para mitigar el sufrimiento de la gente de escasos recursos, que es la que usufructúa los servicios públicos, y qué más quisieran ellos que tener a su alcance un servicio a la altura del sector privado.
Concluyo proponiendo tres pilares fundamentales para el cambio en la salud pública:
DESPARTIDIZACIÓN
HONESTIDAD
AMOR A LA PATRIA
Doctor Julio Rolón Vicioso
C.I. 1394379
Tel. 611290 o 660803 o 0971100177
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